'La estrella azul': el naturalismo biónico

A pesar de sus insalvables defectos, el largometraje de Javier Macipe contiene momentos tiernos, resoluciones de escenas emocionantes y delicadas

En un futuro (cercano) habrá películas cuya confección íntegra podar ser desarrollada por inteligencia artificial. Y hasta incluso que los mecanismos detrás de dicha elaboración sean tan sutiles, que pasen desapercibidos. Aunque aún no estemos en ese punto, hay filmes que sin necesidad de un ChatGPT, parecen haber sido originados desde una computadora. En el caso de La estrella azul, si bien resulta imprescindible señalar que sus formas son sofisticadas, no deja de dar la impresión en todo su metraje de artefacto formulaico, de producto prefabricado, de diseño inteligente programado por código binario.

La historia gira en torno a un cantante famoso cuya pérdida de identidad y malos hábitos (drogadicción, alcoholismo... temas muy originales en este género), le llevan a un viaje físico y espiritual a la Argentina profunda para reencontrarse con un “yo” más elevado y puro. En esta aventura de autoconocimiento conocerá a personas claves en su proceso de renacimiento. Todo acompañado de música folclórica y una fotografía preciosista. Todo bello, trascendente, todo vacío. Cada giro de guión, cada diálogo y en resumen, cada escena sucede justo donde debe. No hay espacio para la contradicción, para la profundidad auténtica.

Todo es una idealización subrayada, hasta que tiene que dejar de serlo por imperativo de la fórmula. Porque al regresar a España, nuestro protagonista de nuevo recaerá en sus vicios. Entonces el tono también cambia para adaptarse a la tiranía de una escritura sintética, que de robótica aburre. Incluso el reparto —encabezado por un solvente Pepe Llorente— parece haber sido engendrado por el mejor software, siendo capaz de actuar con sutileza, sin grandes excesos y a su vez, cumpliendo a la perfección el arquetipo que representan: cantante de éxito, maestro místico, pareja dolida...

Habrá quien se lleve las manos a la cabeza y quiera prender fuego a esta crítica. Puede que la “sensibilidad” de la obra provoqué el llanto de bastantes espectadores. No en vano, la cinta se esfuerza para que esto ocurra en todo momento. Y a pesar de sus insalvables defectos, hay que reconocer que el largometraje de Javier Macipe contiene momentos tiernos, resoluciones de escenas emocionantes y delicadas o una fotografía cuidada. Es imposible decir que sea una mala película, el problema es que tampoco se puede decir lo contrario. Todo en ella resulta previsible, mecánico. Estamos ante un naturalismo cinematográfico que quizás en tiempos venideros se produzca en fábrica. El naturalismo biónico.

FICHA TÉCNICA

Título original: La estrella azul

Año: 2023

Duración: 129 minutos

Director: Javier Macipe

Nota en IMDB: 7,4

Nota en FilmAffinity: 7,4

Nota del crítico: 2,5/5

La película está disponible en Filmin.