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Los amargos frutos del desinterés y la incompetencia

Por Noelia Flores - Diciembre 16, 2022
Los amargos frutos del desinterés y la incompetencia
Actividad cultural en la Biblioteca Municipal de Linares, en 2017.

En la última semana hemos sido testigos, a través de una serie de vídeos en YouTube, de la desoladora situación que atraviesa el edificio de la Casa de la Cultura de Linares, encargado de alojar la Biblioteca Pública Municipal y el Archivo Histórico Municipal, entre otros servicios.

La borrasca 'Efraín' ha evidenciado, una vez más, los graves problemas estructurales que soporta el edificio desde hace años. El agua se cuela por cada rincón y grieta, arrasando con todo a su paso. La sala central de la biblioteca ha quedado desalojada casi al completo en un intento de proteger los ejemplares de su colección. El inmueble soporta el severo deterioro de conducciones eléctricas, desagües, tuberías de conducciones de agua, inexistencia de un plan de emergencia y evacuación para el Archivo... ¿sigo? Además, el lucernario, más parecido a una cutre carpa de feria, se haya en bochornosas condiciones convirtiéndose en un elemento inútil ante episodios climáticos como el acontecido estos días.

Los sucesivos gobiernos y la administración siguen haciendo caso omiso a las reiteradas súplicas de los trabajadores/as y la ciudadanía por la rehabilitación íntegra el edificio, cuya gestión recae directamente en el Ayuntamiento de Linares. Su estado demanda una intervención urgente que nunca llega.

Pero el culmen de esta amarga situación se lo ha llevado parte de la documentación histórica del archivo. Algunos de los documentos más relevantes de la historia de Linares formaban parte de una exposición organizada en la sala central de la biblioteca. Las incontrolables cantidades de agua filtradas en el edificio calaron en las vitrinas, dejando tras de sí el desolador rastro de la documentación completamente empapada. Este último suceso hizo saltar todas mis alarmas. Estamos hablando de documentos como una Real Provisión de los Reyes Católicos de 1494, una Provisión de Alfonso X del siglo XIII y la Real Cédula de Felipe III del siglo XVI, en la que figura su rúbrica y por la que se concedió el título de villa a Linares, independizándose así de Baeza, entre otros.

Afortunadamente y gracias a la rápida intervención de los trabajadores, los documentos pudieron ser salvados sin lamentar mayores daños.
Poca broma. El fondo documental custodiado en el Archivo Histórico forma parte del patrimonio documental andaluz. Está protegido por la Ley 14/2007, de 26 de noviembre, de Patrimonio Histórico de Andalucía, Título VIII, Capítulo I, y la Ley 7/2011, de 3 de noviembre, de Documentos, Archivos y Patrimonio Documental de Andalucía y, por lo tanto, por la propia Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español, Título VII.

 Actividad cultural en la Biblioteca Municipal de Linares, en 2017.
Actividad cultural en la Biblioteca Municipal de Linares, en 2017.

Las leyes andaluzas recogen artículos sobre infracciones administrativas de diversa gravedad en materia de protección de dicho patrimonio, ante las acciones u omisiones de la entidad de la que dependan, debido al incumplimiento de las obligaciones establecidas en ambas leyes. Las sanciones económicas impuestas por daños a este patrimonio oscilan entre los 50.000 y 300.000 euros. Lo acontecido en las instalaciones de la biblioteca municipal linarense con la documentación histórica del archivo sería susceptible de este tipo de sanciones.

En lo que atañe al propio edificio, lamentablemente, no cuenta con protección patrimonial, puesto que no está incluido en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Por otro lado, desconozco si se encuentra inserto en el PGOU, un Plan General de Ordenación Urbana que otorga protección a nivel local a distintos inmuebles del municipio. En la actualidad, este listado de edificios protegidos no se encuentra volcado en la web del Ayuntamiento de Linares. Además, suelen mostrarse reacios a facilitar información al respecto cuando se solicita. Estamos hablando de un documento público que no interfiere en cuestiones de protección de datos. No deberían existir problemas de acceso para la ciudadanía.

Y ahora, ante todo lo expuesto pregunto, ¿realmente es necesario que el edificio de la Casa de la Cultura goce de cobertura patrimonial para merecer ser rehabilitado? ¿No es suficiente con el patrimonio documental que custodia y con todo lo que ha representado y representa para cuidarlo como merece?

La actual Casa de la Cultura fue inaugurada en 1947 como Banco de España hasta 1994. Posteriormente, ha sido Escuela Universitaria de Formación del Profesorado de EGB, en sus instalaciones se ha celebrado durante años nuestro querido Torneo Internacional de Ajedrez, actualmente acoge la Biblioteca Municipal, el Centro de Estudios Linarenses, el Archivo Histórico e infinidad de talleres y actividades culturales como cuentacuentos, conferencias, presentaciones de libros, o clubes de lectura, convirtiéndose en un punto de encuentro donde la ciudadanía puede dar rienda suelta a sus inquietudes culturales y desarrollarse como individuo. Estamos ante un lugar que ha sido y sigue siendo fundamental para la evolución del tejido social, urbano y cultural de Linares. Un refugio.

Del mismo modo, nuestro Patrimonio Documental es esencial para comprender la historia de Linares y para definir nuestra identidad como pueblo. Para comprender nuestra trayectoria, nuestras virtudes, pero también nuestros errores como colectivo, planteando un proyecto con futuro que procure un beneficio y desarrollo comunes. ¿De verdad no basta con todo esto para rehabilitarlo como merece? Quizá eso es lo que le falta y les ha faltado a aquellos que creen gobernarnos. Un proyecto con futuro. Con todo lo que ello implica.

Como ciudadana de Linares, no me gustaría tener que contarle a mi sobrino el día de mañana, cómo un edificio que entrañaba tanto acabó en la ruina por la inacción, la ignorancia y el desinterés de unos mal calificados políticos/as. Escribo desde el dolor que me produce ver mi tierra en estas condiciones, pero también desde la concienciación y el compromiso que albergo con el patrimonio, algo que nos incumbe a todos y todas como sociedad.

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